“He perdido mi regla” ¿Qué puede estar sucediendo?
La menstruación no es solo un marcador de fertilidad; es un reflejo del equilibrio interno de una mujer. Cuando desaparece sin una causa médica aparente, el cuerpo está enviando una señal de alerta.
Desde la psiconeuroinmunología, la neurociencia y el estudio de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), entendemos que la pérdida de la regla—conocida como amenorrea secundaria—no es un problema aislado, sino un síntoma de que el organismo está priorizando la supervivencia sobre la reproducción.
Si has notado que tu ciclo menstrual ha desaparecido, es importante explorar qué puede estar ocurriendo a nivel físico, emocional y neurobiológico.
¿Por qué se pierde la regla?
Existen muchas razones por las que la menstruación puede detenerse. Algunas son médicas, como el síndrome de ovario poliquístico (SOP) o enfermedades tiroideas. Pero en muchos casos, las mujeres presentan amenorrea hipotalamica funcional, la cual tiene una causa funcional y responde a factores de estrés físico o psicológico que afectan el eje hormonal.
En verdad, se trata de un mecanismo adaptativo del cuerpo ante situaciones de estrés físico, emocional o energético. Para entender por qué ocurre, hay que profundizar en la interacción entre dos ejes neuroendocrinos clave:
El eje hipotálamo-hipófisis-gónadas (HPG), encargado de regular la función ovárica y la producción de hormonas sexuales.
El eje hipotálamo-hipófisis-adrenal (HPA), que se activa ante el estrés y regula la producción de cortisol y otras hormonas del estrés.
Cuando el cuerpo percibe una amenaza—ya sea restricción calórica, ejercicio excesivo, pérdida de peso rápida o estrés emocional intenso—el eje HPA se sobreestimula, aumentando la producción de cortisol y otras señales que preparan al cuerpo para la supervivencia.
El problema es que el cerebro interpreta esta situación como un entorno hostil para la reproducción. Como resultado:
- El hipotálamo reduce la secreción de GnRH (hormona liberadora de gonadotropinas), que es clave para activar la hipófisis.
- Disminuyen las gonadotropinas (LH y FSH), lo que afecta la función ovárica.
- Los niveles de estrógenos y progesterona caen, interrumpiendo la ovulación y, por ende, la menstruación.
Para confirmar una AHF y evaluar el impacto del estrés en el cuerpo, se suelen solicitar los siguientes análisis hormonales:
- FSH y LH: suelen estar en el rango bajo o normal-bajo. Un índice LH/FSH menor de 1 es común en la AHF.
- Estradiol (E2): generalmente bajo, indicando hipoestrogenismo.
- Progesterona: baja, ya que no hay ovulación.
- Cortisol: puede estar elevado, especialmente en saliva o en pruebas de cortisol libre en orina de 24 horas.
- ACTH: en algunos casos, puede estar aumentado.
- TSH y T3 libre: el hipotiroidismo central leve es común en la AHF, con T3 libre baja y TSH normal o baja (adaptación metabólica).
- Prolactina: puede estar levemente elevada, aunque no al nivel de una hiperprolactinemia patológica.
- IGF-1: suele estar bajo, reflejando un estado de restricción energética.
Ahora bien… me gustaría profundizar en las causas más frecuentes, ir punto por punto y que puedas prestar atención si te sientes identificada con alguno de ellos…
1. Déficit Energético: Cuando el Cuerpo No Tiene Suficiente Combustible
Uno de los motivos más frecuentes de la pérdida de la regla es el bajo consumo energético en relación con la demanda del cuerpo. Esto sucede cuando la ingesta de alimentos no es suficiente para cubrir las necesidades diarias, especialmente en mujeres que:
✔ Siguen dietas muy restrictivas o bajas en grasas.
✔ Entrenan intensamente sin una correcta recuperación.
✔ Experimentan una pérdida de peso rápida o severa.
¿Qué sucede en el cerebro?
El hipotálamo, que regula la producción hormonal, percibe que no hay suficiente energía disponible y bloquea la producción de GnRH (hormona liberadora de gonadotropinas). Como consecuencia, se reducen los niveles de LH (hormona luteinizante) y FSH (hormona foliculoestimulante), necesarias para la ovulación.
🔹 Señales de alerta: fatiga crónica, frío constante, piel seca, caída del cabello, alteraciones del sueño y cambios en el estado de ánimo.
2. Estrés Crónico y Eje Hipotálamo-Hipófisis-Suprarrenal (HHS) Sobreactivado
El estrés, ya sea físico (ejercicio intenso, falta de sueño) o emocional (ansiedad, presión laboral, exigencia personal), activa el eje HHS, provocando una liberación constante de cortisol.
Cuando el estrés es sostenido, el cuerpo prioriza funciones de supervivencia y suprime la reproducción, ya que percibe que no es un momento seguro para concebir.
🔹 Señales de alerta: ansiedad, insomnio, irritabilidad, agotamiento emocional y falta de deseo sexual.
3. Entrenamiento Excesivo y Síndrome de la Deficiencia Energética Relativa en el Deporte (RED-S)
El ejercicio es fundamental para la salud, pero cuando se lleva al extremo sin suficiente descanso y nutrición, puede generar un estado de estrés fisiológico crónico que altera el ciclo menstrual.
Este fenómeno es común en:
✔ Atletas de alto rendimiento.
✔ Mujeres que practican deportes de resistencia (correr, ciclismo, triatlón).
✔ Personas con una alta carga de entrenamiento sin ingesta calórica suficiente.
Cuando el cuerpo entra en déficit energético crónico, los niveles de estrógenos caen, aumentando el riesgo de osteoporosis, lesiones y fatiga extrema.
🔹 Señales de alerta: menstruación irregular o ausente, disminución del rendimiento, mayor susceptibilidad a lesiones y recuperación lenta.
4. Alteraciones en la Microbiota Intestinal y la Inflamación Sistémica
La salud intestinal juega un papel clave en el equilibrio hormonal. Una microbiota alterada puede afectar la conversión de precursores hormonales y la absorción de nutrientes esenciales para la función ovárica.
Además, la inflamación crónica derivada de una mala alimentación, estrés o disbiosis intestinal puede interferir en la producción de estrógenos y progesterona.
🔹 Señales de alerta: problemas digestivos (hinchazón, estreñimiento, diarrea), fatiga, cambios de humor y dificultad para concentrarse.
5. Trastornos de la Conducta Alimentaria y Amenorrea Hipotalámica Funcional
Las mujeres con TCA o con un control rígido sobre su alimentación y ejercicio son más propensas a la amenorrea hipotalámica funcional (AHF).
El miedo a subir de peso, la obsesión por la comida “saludable” (ortorexia) o patrones de ejercicio compulsivo pueden llevar al cuerpo a un estado de estrés metabólico y hormonal que detiene la ovulación.
🔹 Señales de alerta: preocupación excesiva por la alimentación, miedo a descansar, conductas compensatorias (ayuno, ejercicio excesivo) y aislamiento social.
Ahora bien… te estarás preguntando cómo recuperar tu regla ¿verdad?
En este punto me gustaría serte honesta: restaurar el ciclo menstrual implica reprogramar el sistema nervioso y hormonal. No se trata solo de “comer más” o “estresarse menos”, sino de darle al cuerpo la seguridad de que está en un ambiente adecuado para funcionar correctamente.
Por ende, teniendo en cuenta las causas más frecuentes de esta problemática mencionadas anteriormente, te dejaré algunos puntos claves a tener en cuenta:
1. Aumentar la Disponibilidad Energética
✔ Incrementar la ingesta calórica sin miedo, priorizando carbohidratos, proteínas y grasas saludables.
✔ Incluir alimentos ricos en colesterol y omega-3, fundamentales para la producción de estrógenos (aguacate, salmón, frutos secos).
✔ Evitar ayunar más de 12 hs (es decir… dejar reposar a nuestro sistema digestivo solo durante 12 hs)
2. Reducir la Carga de Estrés
✔ Incorporar técnicas de regulación del sistema nervioso como mindfulness, respiración diafragmática y yoga pueden ser estupendas ideas.
✔ Priorizar el sueño y la recuperación.
✔ Equilibrar el entrenamiento con días de descanso (enserio: no pasa nada si te quedas tumbada en el sofá el dia que te apetezca).
3. Optimizar la Salud Intestinal y la Inflamación
✔ Incluir probióticos y prebióticos para mejorar la microbiota.
✔ Evitar ultraprocesados y sensibilidades alimentarias (y aquí entra la personalización, la cual es súper importante!).
✔ Regular la ingesta de cafeína y alcohol, que pueden alterar el eje hormonal.
4. Reestructurar Creencias Sobre el Peso y la Imagen Corporal
✔ Trabajar con un psicólogo especializado en conducta alimentaria para desafiar el miedo al aumento de peso.
✔ Reformular la relación con el ejercicio, entendiendo que el descanso no significa pérdida de progreso.
✔ Recordar que la menstruación es un signo de salud, no un inconveniente.
🌺 Imagina que tu cuerpo es como un jardín... Durante un tiempo, tal vez sin darte cuenta, has estado privándolo del agua y los nutrientes que necesita para florecer. Al principio, puede que pareciera que todo seguía en pie, pero poco a poco las hojas comenzaron a marchitarse, las flores dejaron de abrirse… y un día, el río que lo alimentaba dejó de fluir.
Perder la menstruación no es un logro ni una prueba de disciplina; es la señal de que algo en tu jardín necesita cuidado. Lo sé porque yo también vi secarse el mío, y sé lo desconcertante y doloroso que puede ser. Pero también sé que la tierra es fértil y que, con paciencia, nutrición y descanso, el agua puede volver a correr.
No tienes que hacerlo sola. Regar tu jardín, abonarlo y devolverle la vida requiere amor, paciencia y, a veces, ayuda. Escucha lo que tu cuerpo te pide, dale lo que necesita, y recuerda: la verdadera belleza está en un jardín que florece desde dentro, no en uno que sobrevive en sequía.
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